LA EXPERIENCIA COMO PRODUCTORA DEL
CONOCIMIENTO
Dice Gottfried Leibniz: “La experiencia del mundo no consiste en el número de cosas que se han visto, sino en el número de cosas sobre las que se ha reflexionado con fruto.”
No hay conocimiento más sólido que el adquirido por la experiencia, siendo esta una habilidad derivada de la observación, participación y vivencia de un evento.
La experiencia ha tenido un papel fundamental a lo largo de la historia en el desarrollo de la ciencia porque permite la verificación.
Es difícil transmitir experiencias, pero se las puede encaminar hacia el conocimiento, pues gracias a ella en nuestro diario vivir podemos enfrentar cualquier dificultad y superarla.
Por ejemplo, cuando busco un empleo, lo primero que me solicitan es tener “experiencia” en el puesto al que aspiro, pues al estar constantemente haciendo la misma actividad, se ha grabado un patrón de conducta que me ayuda a desempeñarme de mejor manera.
LAS FALACIAS EN LA COMUNICACIÓN
Villalva (2014:15), dice: “Las falacias son los métodos incorrectos del conocimiento, es decir; es un tipo de discurso que aparenta ser verdadero con el fin de ocultar un error. La falacia en el lenguaje se forma cuando se disocia el lenguaje de su propia función comunicativa o del mensaje esperado. Es importante recalcar que el lenguaje sirve para despertar emociones, transmitir un mensaje o dar a conocer una información, es por ello que el uso de las falacias en el lenguaje para comunicarse es usado frecuentemente, ya sea para obtener la aprobación de otros o para disimular un error cometido. Al identificar las falacias se puede separar las ideas falsas de las verdaderas, así se evitan engaños; las falacias son muy utilizadas en la política, la religión y medios de comunicación.”
Las falacias no formales usadas en los medios de comunicación son:
- Falsa disyunción. Ejemplo: “o me respetas o me pierdes, es así de simple”.
- Conclusión equivocada. Ejemplo: “Mi papá me paga este colegio, por lo que los profes deberían hacer lo que yo quiero”.
- Ad misericordiam. Ejemplo: ¡La profe de Lengua no tiene corazón!, no me dio la oportunidad de explicarle por qué no pude hacer el deber y si podía presentarlo mañana, pues tuve que acudir al aeropuerto a despedir a mi mamá que viajaba al extranjero.
- Ad argumentum. Ejemplo: ¿Legalizar el consumo de drogas? ¡No! Porque todos mis compañeros de colegio se harías adictos a ellas.
- Ad ignorantiam. Ejemplo: Hay vida en otros planetas, porque nadie ha podido demostrar lo contrario.
- Ambigüedad. Ejemplo: “Si es normal provocarse un aborto, todas las jovencitas deberían embarazarse.”
- Ad hominem. Ejemplo: Un militante de un movimiento religioso, no está de acuerdo con las ideas impartidas en su iglesia, pero como pertenece a ella, debe aceptarlas.
- Ad baculum. Ejemplo: mientras trabajen en esta fábrica, deben obedecer las órdenes que les doy sin reclamo alguno.
- Ad verecundiam. Ejemplo: Se debe tomar la bebida energizante “ABC”, porque el campeón olímpico de Marcha Atlética la consume.
- Ad populam. Ejemplo: La mejor forma de vender una marca de cigarrillos es promocionarla mediante propaganda con bellas modelos.
04.10.2014
Revisado
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